miércoles, 3 de julio de 2013

Forbidden


Título original: Forbidden
Autora: Tabitha Suzuma
¿Pertenece a una saga? No
Drama, romance, adolescentes

SINOPSIS: 


Ella es guapa, talentosa, tiene dieciseis años y jamás ha besado a nadie. Él es guapo, tiene diecisiete y está al borde de un futuro brillante. Y ahora se han enamorado. Pero el único problema es... que son hermanos. 

Lochan y Maya siempre se han sentido más amigos que hermanos. Juntos han tenido que intervenir por su madre alcohólica y caprichosa para cuidar de sus tres hermanos menores, haciendo como de padres sustitutos para estos. Han tenido que crecer rápido, y el estrés de sus vidas, y la forma en que se entienden tan completamente, también los ha acercado más de lo que estarían dos hermanos normalmente.

Su romance clandestino florece rápidamente de un amor profundo y desesperado. Saben que su relación está mal y que posiblemente no puede continuar. Y aún así, no pueden detener lo que se siente tan increíblemente correcto:

“Como algo tan malo puede sentirse tan bien…?”

OPINIÓN:



Lo primero que hice al ver la sinopsis del libro fue abrir mucho los ojos sorprendida: ¿amor entre hermanos? ¡¿Qué es esto?! La razón por la que decidí leerlo fue por pura curiosidad. ¿Cuántos libros han tratado este tema? Nunca me lo había planteado, pero, que yo conozca, ninguno. En cuanto a películas, solo vi reflejado este tema en Desmadre de padre de Adam Sandler y era usado simple y brevemente para hacer “gracia”. Pero, ¿cómo se desarrolla este tema desde una perspectiva dramática y realista? Me adentre en esas páginas porque quería saber como había tratado la autora este tema tan tabú. 

Al finalizarlo, lo único que puedo hacer es aplaudir durante un largo rato a esta escritora, para mi desconocida hasta ahora. Hemos conseguido que en el siglo XXI la mayoría de países den un gran salto evolutivo: igualdad entre hombres y mujeres, aceptación de la homosexualidad, la inexistencia de razas superiores a otras… Pero los incestos han sido enterrados con disimulo como polvo que barremos bajo una alfombra cuando nadie mira.

Tabhita Suzuma no solo ha tratado con toda soltura un tema acallado por la sociedad, sino que consigue… ¿Cómo decirlo? Ponernos de parte de los protagonistas. Soy hija única, así que nunca podré llegar a entender ese sentimiento fraternal que sienten todos los hermanos; pero, en un principio, todos vemos con mala cara los incestos, ¿no? Pues esto libro, no logra únicamente que pensemos y meditemos un poco sobre este tema tan poco hablado; además nos hace comprenderlo, entenderlo y, me atrevería a decir, aceptarlo. 
" Puedes cerrar los ojos a las cosas que no quieres ver, pero no puedes cerrar tu corazón a las cosas que no quieres sentir"
Leí el libro en un día, haciendo diversos parones. Mientras leía, me parecían una pareja normal. Cuando detenía la lectura y luego la retomaba, en las primeras páginas volvía a ver con repugnancia el amor de los protagonistas pero finalmente caía en las palabras de Lochan y Maya y los comprendía a la perfección y de nuevo veía dos personas que se amaban. Es fascinante como las palabras, usadas correctamente, pueden hacerte cambiar de opinión…

Su lenguaje es sencillo y a la vez tan poético… Me enamoré de la forma en la que describe los sentimientos: unas metáforas muy elaboradas pero comprensibles para cualquiera. El primer capítulo está en primera persona desde la perspectiva de Lochan, el segundo lo está desde la de Maya, y así consecutivamente. Los capítulos son correlativos, así que ninguno de los dos explica algo que el otro ya ha narrado. Con esta técnica, muy acertada para esta historia, conocemos los sentimientos de ambos y entendemos mejor sus actos.

El libro contiene varias escenas subidas de tono y las carantoñas (por decirlo suavemente) que se hacen los protagonistas son bastante gráficas y detalladas. Este es uno de los motivos por los que opino que debería leerse Forbidden a partir de los quince años aproximadamente. Además, los temas que trata son duros y considero que para entenderlo todo plenamente se ha de tener una gran inteligencia emocional.

No hay nada de humor en este libro. La verdad es que los personajes se hacen alguna broma entre ellos, pero al lector (o por lo menos a mi) no le hacen gracia. Eso no quiere decir que no sonría que según que párrafo, son cosas diferentes.

Cuando no hay diálogos ni descripciones, una oleada de reflexiones nos invade. Los protagonistas meditan regularmente sobre este tema tan polémico y en una misma frase llegan a contradecirse a sí mismos porque entremezclan lo que piensan de verdad y lo que creen que es políticamente correcto pensar. Aquí os dejo un párrafo sobre una reflexión de Lochan que me agrado especialmente porque no me la había planteado nunca y estuve de acuerdo con él:

“Me rodean muchas relaciones superficiales, muchos chicos que sólo buscan sexo, otra conquista que añadir a su lista (…). Son “jóvenes”, “sólo se está divirtiendo”, y seguro, si eso es lo que quieren, ¿por qué no habrían de hacerlo? Pero entonces ¿por qué es tan terrible que yo esté con la chica que amo? Todos tienen permitidos tener lo que quieren, expresar su amor como les plazca, sin temor al acoso, ostracismo, persecución o incluso la ley. Incluso el abuso emocional y las relaciones de adulterio son regularmente toleradas, a pesar del daño que causan a otros. En nuestra sociedad progresiva y tolerante, todos estos tipos de “amor” perjudiciales e insanos son permitidos, pero el nuestro no.”

Y sin más dilación, voy a opinar sobre la trama en sí: Lochan (17 años) y Maya (16) están al cuidado completo de sus hermanos Kit (13) y Tiffin (8) y su hermana Willa (5). Su padre los abandonó y formó otra familia muy lejos de ellos. Su madre es una cuarentona alcohólica con ganas de recuperar su juventud que se va desentendiendo poco a poco de los hijos cuando ve que los hermanos mayores se hacen cargo de todo. A Lochan y Maya les cuesta horrores que les de dinero para pagar las facturas, la comida, la ropa… Pero delante  de los demás deben fingir tener una madre responsable que pasa todos los días en casa (no solo uno a la semana) para que los de servicios sociales no se lleven a los niños.

No me esperaba que los personajes estuviesen tan trabajados. Bien cierto es que en los primeros capítulos no están muy perfilados, pero con el avance de la lectura, los personajes relevantes adquieren una personalidad definida (aunque considero que Maya podría haber estado un poco más trabajada, sobre todo a partir de la segunda mitad).

Centrémonos en los protagonistas. Lochan es muy sensible (llegando a llorar repetidas veces a lo largo del libro) y se siente débil e impotente al no poder relacionarse bien con la gente. Se le podría ver como un maniaco antisocial, algo comprensible por la dura vida que ha llevado. Maya, por el contrario, es más normalita, pero una amargura recorre siempre su interior.

Uno de los motivos de la credibilidad de su romance es por la ambientación tan bien construida por la autora. Son unos pobres desgraciados con una triste vida que se ven obligados a mantener a sus tres hermanos, llegando a tomar el rol de padres y tratarse como un matrimonio. Eso no quiere decir que no vean su amor como algo malo y detestable (al menos en un principio). Son conscientes que no es normal lo que sienten, pero son incapaces de ignorar sus sentimientos.

Lochan y Maya actúan con mucha madurez a lo largo de la historia, pero hubo un momento en el libro que, en mi opinión, dieron un salto brutal. Después de imaginármelos toda la novela como adolescentes, en los últimos cinco capítulos su forma de hablar y actuar cambian tanto que mi mente los sustituyo por un hombre y una mujer de unos treinta años.

Aunque el libro avanza a buen ritmo y siempre te deja con ganas de leer más, cuando estás a punto de llegar a la mitad del libro, transcurren bastantes capítulos repetitivos en los que no ocurre nada interesante. Mi consejo es leer esa parte rápidamente para librarse de ella y poder disfrutar con el final.

¿Qué decir del final? No puede decir que no se veía probable, pero tampoco creo que fuese totalmente predecible. Tabitha optó por un camino que yo no hubiese tomado, mi final hubiese perfecto sido… Simplemente diré que “diferente” para no spoilear mucho.


Puntos positivos:
-  Tema poco tratado.
-  No quedan cabos sueltos.
- Durante y después de leerlo, meditarás sobre cosas que seguramente no te habías planteado con anterioridad (algo muy importante).
-   Sencillez, pocas descripciones de lugares y uso de diálogos. Rápido de leer.

Puntos negativos:
-  Pesado y repetitivo durante varios capítulos.
-  Ciertos momentos son demasiado pastelosos y, por ello, pierden credibilidad.


Lamento la gran extensión de esta reseña, pero este libro lo vale. En resumen: muy recomendable tanto por la fluidez de la lectura, las reflexiones profundas y este tema tan descuidado por la sociedad que no deja indiferente a nadie.
Hay partes mejorables, pero por la forma en la que se ha tratado este amor tan prohibido, mi puntuación es de: 




Comentario: Una ultima cosa que aunque carece de importancia necesito decirla: me ponía nerviosa en nombre de Lochan. No me sonaba bien ese nombre: sabía que no se leía como se escribía, así que lo busque. Para que no os ocurra lo mismo que a mí y tengáis que cambiar su nombre en la mitad del libro, Lochan se lee “Lokian” y, por lo tanto, su diminutivo Lochie, “Loki”.








Nube Ácida


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