Título original: Forbidden
Autora: Tabitha Suzuma
¿Pertenece a una saga? No
Drama, romance, adolescentes
SINOPSIS:
Lochan y Maya siempre se han sentido más amigos que hermanos. Juntos han tenido que intervenir por su madre alcohólica y caprichosa para cuidar de sus tres hermanos menores, haciendo como de padres sustitutos para estos. Han tenido que crecer rápido, y el estrés de sus vidas, y la forma en que se entienden tan completamente, también los ha acercado más de lo que estarían dos hermanos normalmente.
“Como algo tan malo puede sentirse tan bien…?”
Ella es guapa, talentosa, tiene dieciseis años y jamás ha
besado a nadie. Él es guapo, tiene diecisiete y está al borde de un futuro
brillante. Y ahora se han enamorado. Pero el único problema es... que son
hermanos.
Lochan y Maya siempre se han sentido más amigos que hermanos. Juntos han tenido que intervenir por su madre alcohólica y caprichosa para cuidar de sus tres hermanos menores, haciendo como de padres sustitutos para estos. Han tenido que crecer rápido, y el estrés de sus vidas, y la forma en que se entienden tan completamente, también los ha acercado más de lo que estarían dos hermanos normalmente.
Su romance
clandestino florece rápidamente de un amor profundo y desesperado. Saben que su
relación está mal y que posiblemente no puede continuar. Y aún así, no pueden
detener lo que se siente tan increíblemente correcto:
OPINIÓN:
Lo
primero que hice al ver la sinopsis del libro fue abrir mucho los ojos
sorprendida: ¿amor entre hermanos? ¡¿Qué
es esto?! La razón por la que decidí leerlo fue por pura curiosidad.
¿Cuántos libros han tratado este tema? Nunca me lo había planteado, pero, que
yo conozca, ninguno. En cuanto a películas, solo vi reflejado este tema en Desmadre de padre de Adam Sandler y era usado simple y
brevemente para hacer “gracia”. Pero, ¿cómo se desarrolla este tema desde una
perspectiva dramática y realista? Me adentre en esas páginas porque quería
saber como había tratado la autora este tema tan tabú.
Al
finalizarlo, lo único que puedo hacer es aplaudir durante un largo rato a esta
escritora, para mi desconocida hasta ahora. Hemos conseguido que en el siglo
XXI la mayoría de países den un gran salto evolutivo: igualdad entre hombres y
mujeres, aceptación de la homosexualidad, la inexistencia de razas superiores a
otras… Pero los incestos han sido enterrados con disimulo como polvo que
barremos bajo una alfombra cuando nadie mira.
Tabhita
Suzuma no solo ha tratado con toda soltura un tema acallado por la sociedad,
sino que consigue… ¿Cómo decirlo? Ponernos de parte de los protagonistas. Soy
hija única, así que nunca podré llegar a entender ese sentimiento fraternal que
sienten todos los hermanos; pero, en un principio, todos vemos con mala cara
los incestos, ¿no? Pues esto libro, no logra únicamente que pensemos y
meditemos un poco sobre este tema tan poco hablado; además nos hace comprenderlo,
entenderlo y, me atrevería a decir, aceptarlo.
" Puedes cerrar los ojos a las cosas que no quieres ver, pero no puedes cerrar tu corazón a las cosas que no quieres sentir"
Leí el libro en
un día, haciendo diversos parones. Mientras leía, me parecían una pareja
normal. Cuando detenía la lectura y luego la retomaba, en las primeras páginas volvía
a ver con repugnancia el amor de los protagonistas pero finalmente caía en las
palabras de Lochan y Maya y los comprendía a la perfección y de nuevo veía dos
personas que se amaban. Es fascinante como las palabras, usadas correctamente,
pueden hacerte cambiar de opinión…
Su lenguaje es sencillo y a la vez tan
poético… Me enamoré de la forma en la que describe los sentimientos: unas metáforas muy elaboradas pero
comprensibles para cualquiera. El primer capítulo está en primera persona desde la perspectiva de Lochan, el segundo lo
está desde la de Maya, y así consecutivamente. Los capítulos son correlativos,
así que ninguno de los dos explica algo que el otro ya ha narrado. Con esta
técnica, muy acertada para esta historia, conocemos
los sentimientos de ambos y entendemos mejor sus actos.
El libro contiene
varias escenas subidas de tono y las carantoñas (por decirlo suavemente) que se
hacen los protagonistas son bastante gráficas y detalladas. Este es uno de los
motivos por los que opino que debería leerse Forbidden a partir de los quince
años aproximadamente. Además, los temas que trata son duros y considero que para entenderlo todo
plenamente se ha de tener una gran inteligencia emocional.
No hay nada de humor en este libro. La verdad
es que los personajes se hacen alguna broma entre ellos, pero al lector (o por
lo menos a mi) no le hacen gracia. Eso no quiere decir que no sonría que según
que párrafo, son cosas diferentes.
Cuando no hay
diálogos ni descripciones, una oleada de
reflexiones nos invade. Los protagonistas meditan regularmente sobre este
tema tan polémico y en una misma frase llegan a contradecirse a sí mismos
porque entremezclan lo que piensan de verdad y lo que creen que es
políticamente correcto pensar. Aquí os dejo un párrafo sobre una reflexión de
Lochan que me agrado especialmente porque no me la había planteado nunca y estuve
de acuerdo con él:
“Me rodean muchas relaciones
superficiales, muchos chicos que sólo buscan sexo, otra conquista que añadir a
su lista (…). Son “jóvenes”, “sólo se está divirtiendo”, y seguro, si eso es lo
que quieren, ¿por qué no habrían de hacerlo? Pero entonces ¿por qué es tan
terrible que yo esté con la chica que amo? Todos tienen permitidos tener lo que
quieren, expresar su amor como les plazca, sin temor al acoso, ostracismo,
persecución o incluso la ley. Incluso el abuso emocional y las relaciones de
adulterio son regularmente toleradas, a pesar del daño que causan a otros. En
nuestra sociedad progresiva y tolerante, todos estos tipos de “amor”
perjudiciales e insanos son permitidos, pero el nuestro no.”
Y sin más dilación, voy a opinar sobre la trama en sí: Lochan (17 años)
y Maya (16) están al cuidado completo de sus hermanos Kit (13) y Tiffin (8) y
su hermana Willa (5). Su padre los abandonó y formó otra familia muy lejos de
ellos. Su madre es una cuarentona alcohólica con ganas de recuperar su juventud
que se va desentendiendo poco a poco de los hijos cuando ve que los hermanos
mayores se hacen cargo de todo. A Lochan y Maya les cuesta horrores que les de
dinero para pagar las facturas, la comida, la ropa… Pero delante de los demás deben fingir tener una madre
responsable que pasa todos los días en casa (no solo uno a la semana) para que
los de servicios sociales no se lleven a los niños.
No me esperaba
que los personajes estuviesen tan trabajados. Bien cierto es que en los
primeros capítulos no están muy perfilados, pero con el avance de la lectura,
los personajes relevantes adquieren una personalidad
definida (aunque considero que Maya podría haber estado un poco más
trabajada, sobre todo a partir de la segunda mitad).
Centrémonos en
los protagonistas. Lochan es muy sensible (llegando a llorar repetidas veces a
lo largo del libro) y se siente débil e impotente al no poder relacionarse bien
con la gente. Se le podría ver como un maniaco antisocial, algo comprensible
por la dura vida que ha llevado. Maya, por el contrario, es más normalita, pero
una amargura recorre siempre su interior.
Uno de los motivos
de la credibilidad de su romance es por
la ambientación tan bien construida por la autora. Son unos pobres
desgraciados con una triste vida que se ven obligados a mantener a sus tres
hermanos, llegando a tomar el rol de padres y tratarse como un matrimonio. Eso
no quiere decir que no vean su amor como algo malo y detestable (al menos en un
principio). Son conscientes que no es normal lo que sienten, pero son incapaces
de ignorar sus sentimientos.
Lochan y Maya
actúan con mucha madurez a lo largo de la historia, pero hubo un momento en el
libro que, en mi opinión, dieron un salto brutal. Después de imaginármelos toda
la novela como adolescentes, en los últimos cinco capítulos su forma de hablar
y actuar cambian tanto que mi mente los sustituyo por un hombre y una mujer de
unos treinta años.
Aunque el libro avanza a buen ritmo y siempre te deja
con ganas de leer más, cuando estás a punto de llegar a la mitad del libro, transcurren bastantes capítulos repetitivos
en los que no ocurre nada interesante. Mi consejo es leer esa parte
rápidamente para librarse de ella y poder disfrutar con el final.
¿Qué decir del final? No
puede decir que no se veía probable, pero tampoco creo que fuese totalmente
predecible. Tabitha optó por un camino que yo no hubiese tomado, mi final
hubiese perfecto sido… Simplemente diré que “diferente” para no spoilear mucho.
Puntos
positivos:
- Tema
poco tratado.
- No
quedan cabos sueltos.
- Durante
y después de leerlo, meditarás sobre cosas que seguramente no te habías
planteado con anterioridad (algo muy importante).
- Sencillez,
pocas descripciones de lugares y uso de diálogos. Rápido de leer.
Puntos
negativos:
- Pesado
y repetitivo durante varios capítulos.
- Ciertos
momentos son demasiado pastelosos y, por ello, pierden credibilidad.
Lamento la gran extensión de esta
reseña, pero este libro lo vale. En resumen: muy recomendable tanto por la fluidez de la lectura, las reflexiones profundas y este tema tan descuidado por la sociedad que no deja indiferente a nadie.
Hay partes mejorables, pero
por la forma en la que se ha tratado este amor tan prohibido, mi puntuación es
de:
Comentario: Una ultima cosa que aunque carece de importancia necesito decirla: me ponía nerviosa en nombre de Lochan. No me sonaba
bien ese nombre: sabía que no se leía como se escribía, así que lo busque. Para
que no os ocurra lo mismo que a mí y tengáis que cambiar su nombre en la mitad
del libro, Lochan se lee “Lokian” y, por lo tanto, su diminutivo Lochie, “Loki”.
Nube Ácida
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